Nuestro trabajo tiene la característica de que no es necesaria la presencia física para realizarlo, así que siempre puede existir la tentación por parte de alguien en seguir manteniendo el contacto contigo mediante teléfono o mensajería tipo Whatsapp. Estás en la playa y ves un mensaje nuevo en un grupo, una llamada perdida, un ‘¿puedes revisarte esto?’…
No solo es ilegal, sino que tiene consecuencias directas: nuestra fuerza de trabajo es nuestra mente y está sometida durante todo el año a distintos niveles de presión, concentración, presencia continua de los problemas laborales en nuestras vidas. Necesitamos descansar no solo porque es nuestro derecho a disfrutar de la vida y nuestro entorno querido, sino porque la acumulación o falta de desconexión del trabajo mantiene la tensión y fatiga mental, incrementando el riesgo de trastornos en el futuro.
En vacaciones, desconecta. Sal de los grupos del trabajo o siléncialos. Apaga el móvil si es necesario. A continuación os indicamos alguna base legal sobre nuestro derecho al descanso y las vacaciones:
La empresa no puede molestar al trabajador fuera del horario laboral. La Ley Orgánica 3/2018, de 5 de diciembre, de Protección de Datos Personales y garantía de los derechos digitales, en su artículo 88, establece el derecho a la desconexión digital en el ámbito laboral. Para ello se ampara en el artículo 18.4 de la Constitución:
La ley limitará el uso de la informática para garantizar el honor y la intimidad personal y familiar de los ciudadanos y el pleno ejercicio de sus derechos.
En realidad, esta ley no aporta muchas novedades. En 1997, la Audiencia Nacional declaró ilegal que la empresa obligara a los trabajadores a tener el móvil conectado fuera del horario laboral. En septiembre de 2015, el Tribunal Supremo declaró como cláusulas abusivas que un empleado tuviera que dar su móvil o correo personales a la empresa. Por otro lado, según lo dispuesto en los artículos 34 (Jornada) y 35 (Horas extraordinarias) del Estatuto de los Trabajadores, recibir correos o llamadas fuera del horario laboral consumen un tiempo que debería ser contabilizado y cotizado como horas extras.
Conectividad y disponibilidad no significan lo mismo. El derecho a la intimidad, a tener una vida propia, es algo más que un tema legislativo: afecta directamente a nuestra salud. Cuando se eliminan los límites entre vida personal y trabajo, aparecen fenómenos como el efecto “blurring”, que deterioran física y psíquicamente al trabajador. Aparecen problemas familiares, falta de sueño, ansiedad, sensación de fatiga permanente, etc. Algo tan inofensivo como estar en una zona sin cobertura o conectividad, puede provocar patologías como el “fomo” (“fear of missing out”), ya que condiciona nuestra vida cotidiana a estar disponibles y no poder desconectar.
Disfruta de tu descanso, desconecta.
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