Compañeros/as,

la empresa nos confirma que si la autoevaluación no es ‘satisfactoria’, es decir que  si se detecta alguna obligación legal de la empresa en materia de ergonomía o posible responsabilidad en accidente laboral, no se pasa a la siguiente fase: el envío del anexo al contrato de teletrabajo (del que seguimos desconociendo su contenido).

No acaba aquí la desvergüenza. Si por un casual informas en la encuesta que no dispones de la famosa silla ‘de cinco puntos móviles’ que obliga la ley, recibes un email para que ‘revises un poco más si la tienes o no, porque si no no pasas a la siguiente fase’. Es decir, se coacciona al trabajador/a para que mienta y libere a la empresa de sus obligaciones: o a Sant Cugat todos los días.

Independientemente de la burla a la Ley, el uso de la prevención de riesgos contra su propio objetivo de subsanación. Estamos ante una reiteración de una actitud de prepotencia, soberbia y presión individual intolerable. Sin un mínimo de empatía hacia las condiciones de trabajo de la plantilla.

A la DXC que nos vende Juan Parra parece que no le importa nada que te estés dejando la espalda en una silla fija 8 horas al día y te chantajea para que mientas o vuelvas al centro de trabajo. Una triste silla que no vale ni lo que cuesta una triste paletilla de jamón DXC.

Tenemos que plantearnos que esta forma de actuar de la empresa no acaba aquí y que le están cogiendo el gusto al chantaje. Ya hemos indicado a la empresa que solucione y rectifique esta actitud porque creemos que se acerca el momento de proponer escenarios de movilización a la plantilla.